Por el blog de Sor Cecilia supe que Hoy día 8 de Octubre del 2.011, a iniciativa de Ángel Cabrera, secundada por otros blogueros como José A. Fdez. Senofilla, se había lanzado una convocatoria valiente y arriesgada con el deseo de que cientos de bloggers se pongan a hablar sobre la fe en la blogosfera.
(Para leer la convocatoria, picar en la siguiente imagen:)
Es un tema que me toca de lleno, quizá porque muchas veces uno anda anémico de fe en sí mismo, en lo que hace o deja de hacer, en los que lo rodean, en la misma vida, en Dios o lo que queramos llamarle. Al final la fe en uno mismo y la fe en Dios puede que sean la misma cosa, siempre que uno mantenga la sinceridad consigo mismo (me quedó grabada una frase de la clase de Religión del instituto cuando era un adolescente, que decía que una persona sincera estaba conectada con Dios aunque fuera atea).
Es un tema clave a mi entender para explicar muchas de las actitudes derrotistas y miedosas que tanto abundan en estos tiempos, quizá malos "per se" pero también porque nos los creemos peores de lo que son; y como la fe es creadora, lo más probable es que con nuestro miedo (la versión negativa de la fe) estemos creando lo que tememos y no queremos. Acabaré por concluir en que esta "crisis" que es real y que todos estamos viendo y sufriendo en nuestras carnes o en las de nuestro vecino, es ante todo una crisis de fe. Crisis de fe en todos los sentidos; en un sentido estricto mercantil y productor, en un sentido social y humano, pero sobre todo en un sentido ético y en un sentido trascendente espiritual, sea más o menos religioso pero espiritual.
Acudiendo a la convocatoria, dejo en esta entrada un poema que tenía aparcado para ocasión propicia, y ésta no lo puede ser más, y que intenta reescribir el "Credo" que nos enseñaron de niños y que quizá a muchos nos daba miedo porque había ciertas frases que asustaban y nos siguen asustando por tremendas. Espero que esta reescritura mía personal, que no pretendo que sea canónica (yo me confieso cristiano irreversible pero católico mediopensionista), no asuste a nadie sino, bien al contrario, que provoque en los lectores buenos sentimientos y miradas abiertas y expectantes hacia adentro y hacia arriba para dejar de ver al menos de momento la suciedad que ya sabemos que siempre ha existido, existe y existirá en el suelo por donde pasamos y paseamos demasiado nuestra vista.
Estoy expectante de lo que se escriba hoy en esos blogs que sintonizan y gravitan alrededor de "Estoy a tu lado" y espero aprender un poco más sobre la fe, tratada en sentido amplio y con amplitud de miras y de miradas, porque la fe necesita de la mirada para existir... Siempre se ve y se cree lo que se quiere ver y creer... Hay que reescribir también el viejo dicho:
"SI NO LO CREO NO LO VEO".
Así pues dedico este poema a todos los bloguer@s de buena fe y especialmente a Sor Cecilia (a quien le pido que rece porque mi segundo poemario, que versa precisamente sobre la Fe y en el que tengo depositada mi fe poética presente, se vea pronto reconocido y publicado). Les invito también a todos y a todas a leer en la entrada anterior a ésta (dedicada a la recien estrenada revista "Espacio Habitado") el poema "Platón te llama", basado en el mito de la caverna y que, aunque desde una perspectiva más profana, también incide en este digno tema de la fe...
Mi deseo es que ambos poemas os resulten "fidedignos".
Bloguer@s de fiar... Abrazos confiados.
CREDENTE
Nuestro Padre Poder
que todo lo adhiere
y todo lo penetra,
creyó en ti y en mí, creó en nosotros,
nos cree, nos cría y nos recrea
encarnados en hambre ciega y visionaria
enterrados en cielo,
encelados en tierra,
nos cruzó, nos clavó
verticales en este horizonte,
con la prometeica misión
de juntar el éter y el barro.
Nuestro Dueño Ungido y único,
nuestro Gran Hermano,
cree en esa vena divina
donde fuimos injertados,
en nuestra brizna de luz
y en la veta de verdad
con que con que se nos irguió
por encima de todas las cosas;
y por nosotros se hospedó
en una matriz de carne limpia
sobrecogida por el Amor,
para nacer entre la paja y el estiércol.
Y porque creyó en nosotros
se mezcló con nosotros
y nos dio pan y peces
y lo vimos caminar sobre las aguas
y nos curó y le llamamos Maestro
y nos echó tarea de Amor;
y en tiempos de un gobernador
que lavó en sangre sus manos,
nos dio su último abrazo terreno
de amor transido, transparente y desplegado
en una cruz en el monte de la calavera;
y tanto creyó en nosotros
que por nosotros surgió de la muerte
y se elevó a la Casa de Padre
y por nosotros vendrá
a examinarnos de amor,
a mirar si hemos mantenido
viva o muerta nuestra llama.
El Aliento Sagrado,
dorado y glorioso
que viene de nuestro Padre
y de nuestro Hermano cierto,
ese Espíritu que sabe y sigue todas las reglas,
que nos traspasa y nos mueve
y que habló por boca de hombres de luz adelantada,
cree en nosotros
como el mar cree en sus peces
y los nace y los nutre y los resguarda
aunque los peces a veces,
cegarras e insensibles,
lo nieguen y se atrevan a ignorarlo
escondiéndose en boquetes abisales.
Y esta familia pródiga y peregrina
que un día volverá a verse unida y perdigada,
creyó en ti y te sumergió en el agua bien dicha
para desahogarte de la muerte,
cree en ti como en ti creen
todos los mal llamados muertos, que te conocen
y habitan el Reino de la Vida,
en ese mundo que mal llamamos futuro
llamándose perdurable.