El acto contó con la presentación de Maricruz Garrido Linares, Coordinadora del Aula Literaria de Priego; y de Miguel Forcada Serrano, Concejal de Cultura, amigos los dos entrañables. Me acompañaron en la lectura los poetas Mª Antonia Gutiérrez Huete y Manuel Guerrero Cabrera; y la nota muscal la pusieron mi hija Carmen Gracia a la flauta y su compañera de conservatorio Mª Carmen Exojo a la guitarra. Además conté con la presencia y "arrope" de numerosos familiares y amigos.
Comparto aquí el poema que abre el libro, escrito expresamente para la ocasión, en quintetos dodecasílabos; y que es un testimonio de mi admiración por este Priego del Agua, para mí ciudad eterna como Roma por la cantidad de fuentes que luce y atesora. Añado algunas fotos y debajo del poema un vídeo con un resumen de las lecturas.
BAUTIZO EN PRIEGO
A Mª Cruz Garrido,
que con sonrisa de agua fresca
me franquea el umbral poético de Priego
Cada vez que vengo a Priego me bautizo,
la primera fue en la fuente la Milana
mis quince años en un cuerpo de carrizo
se me vertieron en el acequia pagana
injertados en la yema de un hechizo.
La segunda vez fue un bautizo bendito
en el caño de la fuente del Adarve,
en el agua iba la voz de Joselito
cándida de ruiseñores y de alardes
de luz ciega acariciando el infinito.
La tercera vez ya fue una inundación:
en la Aurora de chorros de cuerda y canto,
de leones nazaríes en la Asunción,
en San Marcos de un abril rey de los charcos;
y en Zagrilla fue de pompas de jabón.
Pero en Priego, la señora de las fuentes
mana ciento treinta y nueve llantos vírgenes
en un mar escalonado y transparente
de Salud que atemperan Venus y Anfítrite
y gobierna Neptuno con su tridente.
No sé si es monárquica o republicana,
si es de un rey Alfonso o es de don Niceto
si es el agua del Cabezo o si es profana,
sólo sé que al mirarla me quedo quieto
en el destello sonoro que desgrana.
Sé que cuando vengo a Priego vengo a Roma,
soy romero en río escondido y me derramo
en el agua que a beber la luz se asoma;
fundo mi alma en el caudal samaritano
de alma eterna que me tomo y que me toma.
La corriente me levanta y quita el peso,
me sublima, me hace nube algodonosa,
me hace urdimbre de acuarelas en un lienzo
verde oliva en lanzadera a la Tiñosa
y me lleva del Morrión a mis comienzos.
Allí el agua me concibe y desemboca
en las gargantas carnales del membrillo,
me alumbra en rosas y en yeserías barrocas,
me engalana, me unge de aceite y de brillo
y en la pila del bautismo me coloca.
Y me voy limpio y llevando un nombre nuevo:
soy domingo en mayo y hornazo bendito,
pincel de Lozano y cincel de Cubero,
turrolate, tafetán y travertino,
telar de agua con geranios, cal, sol… ¡Priego!
No contento con no haber estado, pero sí conque lo viveses tú. De eso puede estar bien seguro. Ya nos veremos y me contarás.
ResponderEliminarGracias Emilio, ya nos tomaremos una birra y te pasaré el librito.
EliminarMás de cien años que no llovía tanto en Andalucía y doscientos que nevara en Málaga...El agua es la fuente de la vida que con el calor del sol hace fructificar el triste suelo...Así que el agua a inundado tu poesía y la has hecho correr por todos tus versos...enhorabuena desde azpeitia
ResponderEliminarGracias amigo Azpeitia, es verdad, mi abuelo decía que hubo un año de los cuarenta con una gran cosecha, que empezó a llover en otoño y no paró hasta mayo y se pudrieron las aceitunas en el campo... Que nos se nos pudran nunca los poemas, amigo, que el agua nos caiga por la fontanela siempre, pero en su justa medida. Un abrazo.
EliminarUn placer leerte.
ResponderEliminarBravo por tu presentación y lectura.
Una andaluza desde Argentina!!
Gracias Nerina, Mucho agua por medio entre tú y yo, así que celebro el milagro de que te hayas podido asomar a mi lectura y te deseo que no te falte nunca el agua física ni la espiritual. Un abrazo.
EliminarGracias Omayra. Te visitaré sin dudarlo.
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